Llegaron pa’quedalse

Mira mano, sonó bien duro. Yo dije se jodió el poste. Y el perro ladra que te ladra. Me asomé a la ventana rochao. Y cuando ví aquella luz, mano yo dije, se quemó la casa ¿me’ntiende? Me quedé allí clavao mirando el fuego, mi’que cosa, en vez de salir corriendo. De momento, chequéate, me di de cuenta que no hacía calol, cosa que si es un fuego, digo yo, tiene que hacel calol ¿veldá? ¿Yo? Pues seguí mirando. Uno se pone bruto, mano, to’el mundo dice, si soy yo hago esto o lo otro, acho papi, uno se queda ahí como irnotizao, tú sae, así frizao, en la babilonia. Esto’tá pol’fuera, chequéate, no era fuego, era una canto’e’luz desas que se ven blanquitas y potentes, ¿cómo te digo?, tú saes cuando prenden las luces en el parque, ¿viste? Al principio yo creía, qué se yo, que se había caído una estrella desas que uno le pide un deseo, pero sonaba, tenía un ruido, ¿cómo fue? Tú sae, como cuando se daña el aire del carro o algo así. To’ fue bien rápido, pérate, ¿fue ahí? Entonce la luz como que se fue apagando, acho papi, y ahí fue, mano, no me lo vas a creel, lo que salió de allí, se me paran los pelos, aquello era como una baba, en veldá veldá, una baba amarilla, ¿amarilla era?, no, era así como ¿verde chatré es que se dice? ese color así como foforecente, ¿viste? No me quiero ni acordar, ahí fue que me cagué, en veldá, yo dije, qué carajo e’ejto. Entonce la baba se arrastró hacia el perro, bendito, y el perro seguía ladrando, y yo, mano, yo me dije, pa’que habré amarrao al pobre perro, pero ya pa’que, acho, ¿tú hubieras salido? ¿No tiene na’por ahí? Ajá, ah, sí, cuando se le trepó arriba al perro, ahí fue troya, el perro chillando, el ruido aquel zumbando, la luz que se prendió encandilá, y, mano, la luz arrancó pa’rriba y se peldió en el cielo. Jurao, mano. Entonce yo dije, qué jodienda, eso es un estraterrestre, y ¿qué tu vieras hecho?, no me venga con mielda, lo que hice yo, ¿viste? Busqué la nueve. Polque el perro ya no era el perro, ¿viste? La baba se le metió pol dentro, ¿me’ntiende?¿tú viste meninblac? Jurao. Papa, le pegué cuatro tiro. Acho tipo no, no, ¿tú no entiende que no era el perro? Mano si ese perro y yo eramo uña y calne, en veldá, yo a ese perro, mano, lo quería mas quel carajo. No, papa, yo no me había metío ni el deo, ej maj, yo estoy tan pelao que llevo dos días sin dalme un palo, ¿viste? ¿Tienes un cigarrillo por ahí? Gracias, mano. El caso es que cuando me di de cuenta, veo al vecino salir de atrá de la casa. Ahora te pregunto yo ¿Qué carajo hacía el vecino, a esa hora, en el patio de mi casa? No, no, no fue por los tiro. El estaba allí polque no era el vecino, ¿tú me entiende? Era como mi vecino, pero no era el vecino, fue que se le metió pol dentro, ¿viste? Jurao que tenía el colol foforecente ese en lo ojos. Se le salió al perro y se le metió al vecino. Coño mano, tú ties que habel visto esa película, que la cucaracha aquella se le metió pol dentro al tipo y la mujer no se dio cuenta. Se lo dije al gualdia, no se van a ir. Si uno no acaba con tos’ se le siguen metiendo a to’el mundo pol dentro. Te digo que no me había metío na’, coño ¿no entiende chico? Mera, no te cuento mas na’ so morón. No, no joda, conmigo no joda. Yo te lo cuento pa’ questés pendiente. Están por ahí, regaos, cualquiera pue’ tener uno pol dentro. Ajá, so pendejo, quédate ahí en la mamel que te va a jodel tú también. Pues si quieres que siga, queate callao. ¿Por dónde iba? Me peldí. Ah, entonce se le metió al vecino. Acho papi, fue rápido, ni lo pensé, seguí disparando y aquí estoy. ¿Qué, qué? Pues eché pique. ¿Me iba a quedal allí como un pendejo pa’que se me metiera a mí también? Cuando me pillaron los azule ya iba puel licuorstoar, jurao que ni me di de cuenta cómo llegué allí. No, esta jodía gente no me cree un carajo. Mira que se lo he contao con tos los detalles.
Limpiate ese moco. Ese moco verde que te chorrea por la nariz…coño, y por la oreja. Qué jodienda. No joda, mano, echate pa’llá. Gualdia, gualdia, sácame de aquí. Puñeta, se los dije, llegaron pa’ quedalse. ¡Guaaaldia!

Blancairis Miranda-Merced